Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a
enseñar a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que
todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario. Cierta tarde, un
guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí.
Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: Esperaba a que su
adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia
privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con
velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido
una lucha. Con la reputación del samurai, se fue hasta allí para
derrotarlo y aumentar su fama. Todos los estudiantes se manifestaron en
contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.
Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven
comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su
dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos
-ofendiendo incluso a sus ancestros-. Durante horas hizo todo por
provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde,
sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.
Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y
provocaciones, los alumnos le preguntaron: -¿Cómo pudiste, maestro,
soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo
que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos
nosotros? El maestro les preguntó: -Si alguien llega hasta ustedes con
un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio? -A
quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
- Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el
maestro-. Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los
llevaba consigo.
II: MICRO-REFLEXION: “El mayor de nuestros enemigos suele ser nuestro propio carácter."
tomado de l boletin de encuentra.com del jueves 18 julio 2013, Si no es usuario de encuentra.com, o si desea recibir el boletín, por favor haga clic aquí.
..." Para pelear se necesita dos", cuántas veces hemos escuchado esta frase ! y que gran verdad. Si tan solo tuviésemos la virtud de la paciencia, la humildad , el respeto y el amor hacia nuestro prójimo, no habría necesidad de enfrentamientos. Regalemos obsequios que siempre sean bien recibidos! " ...
martha unavidaenconstrucc
..." Para pelear se necesita dos", cuántas veces hemos escuchado esta frase ! y que gran verdad. Si tan solo tuviésemos la virtud de la paciencia, la humildad , el respeto y el amor hacia nuestro prójimo, no habría necesidad de enfrentamientos. Regalemos obsequios que siempre sean bien recibidos! " ...
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