Me compartieron en facebook esta reflexión y creo que nos será muy útil.
martha unavidaenconstrucc
..."No todos los que están a oscuras quieren que se encienda la luz."...
Esa luz que Dios hace resplandecer sobre nosotros no siempre ni en todos despierta admiración y embeleso:
..."A
los que están espiritualmente dormidos, a quienes viven una
religiosidad a la medida de sus sueños, en una relación de ‘sólo mi Dios
y yo’, esa luz los molesta porque los obliga a despertar y mirar
alrededor y darse cuenta de que no pueden seguir en la evasión, porque
están rodeado de hermanos, hijos de su mismo Padre, que necesitan su
ayuda y compasión." ..
..." A
los que han permitido que Dios entre en su vida, pero cerrándole
ciertas puertas y poniéndole un ‘hasta aquí’ para no dejarlo entrar a
fondo, para que no les pida más de lo poco que están dispuestos a dar,
esa luz los inquieta e incomoda, porque penetra y alumbra sus rincones
más oscuros y los obliga a reconocer que necesitan la ayuda de Dios para
cambiar."...
A
los que quieren limitar su fe al mínimo posible, cumplir por cumplir y
pasar desapercibidos, esa luz los desinstala de su anonimato, les echa
encima un reflector, los obliga a dejarse ver, y ser solicitados,
invitados, integrados en una comunidad.
A
los que ya se resignaron o acostumbraron a vivir envueltos en la
tiniebla del pecado, esa luz los obliga a reconocer que es mejor que
vivir en una oscuridad que paraliza; los hace vislumbrar que sólo si se
dejan alumbrar podrán caminar en libertad.
No es fácil dejarse iluminar por esa luz, especialmente cuando el mundo nos ofrece otras luces que nos parecen
preferibles porque nos dejan como estamos, no son tan penetrantes, tan
indiscretas, tan insistentes, tan iluminadoras como la luz de Dios.
Dice
el Papa Francisco: “El Señor llama a la puerta de nuestro corazón.
¿Quizás hemos colocado un pequeño cartel que dice: ‘No molestar’?
Jesús
nos pide conversión, es decir, cambiar de mentalidad, cambiar de rumbo.
En otras palabras dar ‘vuelta en U’ para no seguir caminando sobre
nuestra propia sombra, atrevernos a volvernos hacia Él, no cerrar los
ojos a Su resplandeciente claridad, dejar que nos envuelva, y sí,
también tal vez nos incomode y nos deslumbre, pero nos rescate al fin de
las tinieblas.
desde la página de Ale M Sosa E , leer texto completo desde facebook CLICK AQUI
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