“Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada” (Juan 8,51-59)
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Podemos estar llenando nuestra vida, no de los criterios y juicios de Dios, sino de los nuestros.
Cada vez que en la Cuaresma se nos presenta el grito de súplica, al mismo tiempo se nos está hablándo de la importancia que tiene la conversión interior. La Escritura nos habla de cómo nuestro corazón tiene que aprender a volverse a Dios, de cómo nuestro corazón tiene que irse...click aqui para leer todo el post:
CON LA MEDIDA QUE TU MIDAS, SE TE VA A MEDIR A TI « Aprendiendo a vivir en Cristiano